TU TABLET POR MI TABLA
El dinero lleva mucho tiempo inventado. No me he puesto a investigarlo, la verdad.
Desde que me decidí a montar mi web, he hecho varios "intercambios directos de bienes y servicios sin mediar la intervención de dinero" y me he sentido la mar de bien. Y lo que es mejor, la otra persona se ha sentido la mar de bien también.
Mi logo me lo diseñó Mariana Barnola gracias a un trueque. Ahora ella tiene una preciosa tabla de nogal en su cocina y yo un precioso logo grabado a fuego en todas mis tablas y en mi web.
Cristian Campos me hizo la fotos trabajando y me escribió los textos para la web. No quería nada a cambio, pero insistí en que tuviese una tabla mía de roble.
Miguel Parra me hizo las fotos "de estudio" de las tablas y se las cambié por una tabla de nogal muy bonita. Él y yo contentos y su mujer también.
La acuarela que ilustra esta entrada la encargué en Navidades para mi mujer. La pintó Ximena Maier. Siempre tendré la sensación de que la timé, porque ella sólo quiso un atril para el iPad. Vaya chollo para mí. Ella piensa que estaba en deuda conmigo porque le monté no sé cuántos muebles de Ikea (una casa entera), pero ya me había pagado en realidad.
Ahora he conseguido un iPad de segunda mano porque tengo un amigo llamado Julio que es un asceta y que me lo ha cambiado por tablas también. Aquí hemos ajustado un valor en euros a su ipad y yo le he ofrecido ese mismo valor en tablas.
Así que al final hemos llegado a por qué existe el dinero: para comparar o equiparar unas cosas a otras y poder cambiarlas entre sí con terceros de por medio.
Sería fantástico tener una red de gente dispuesta al trueque y con un listado de cosas que andan por sus casas (y no necesitan) y de cosas que saben hacer, y establecer una moneda imaginaria con la cual ir funcionando. Pero seguro que estaríamos haciendo algo ilegal, porque estaríamos beneficiándonos unos de otros sin que el estado participase de esta felicidad. Esta idea la quiero desarrollar con mi cuñado, que es el que sabe de finanzas (a ver si quiere una tabla a cambio, jajaja).
Lo mejor es que para estar dispuesto al trueque uno debe estar dispuesto a no obtener el máximo posible por lo que da. Tiene que ser un poco "despegado" y disfrutar del hecho de que el otro (a veces) obtenga de nosotros más de lo que nosotros obtenemos de él.
En mis cambios yo creo haber salido ganando. No sé qué pensarán ellos…